Escrito por @Leonardo Nhaux
AI sí… o AI no?
La IA ha generado una apasionante discusión sobre su impacto, y las opiniones van desde el milagro de un próspero futuro para el planeta y todos los que lo habitamos, hasta la catástrofe de la exterminación de la humanidad.
Esta edición de The Economist está principalmente dedicada al tema IA, y me parecieron muy interesantes los artículos, todos. Me animaría a decir que para los que estamos metidos en el tema, es un ejemplar de lectura obligada.
Abarcan temas tales como fundamentos de la IA, cómo funcionan los LLMs, que están haciendo los países para controlar su impacto, quienes proponen un uso más abierto de esta tecnología, quienes menos (con China a la cabeza), potenciales aplicaciones, el futuro del trabajo, y muy pero muy sutilmente, se menciona un tema que llamó mi atención de manera especial: la posibilidad de que la IA acabe con la humanidad.
En tres artículos se hace referencia a una encuesta realizada el año pasado a expertos de IA en diferentes países, a los que les hicieron la siguiente pregunta: “¿Cuál es su expectativa respecto al impacto que tendrá la IA sobre la humanidad?”
Las respuestas son las siguientes:
- Extremadamente buena: 10%
- Buena: 20%
- Neutral: 15%
- Mala: 10%
- Extremadamente mala: 5%
Y cito textual de uno de los artículos: “extremadamente mala, como por ejemplo la extinción de la humanidad”. Los diferentes autores intentan transmitir un mensaje positivo, haciendo una ponderación optimista e infiriendo que ese 5% de “extremadamente mala” es muy bajo. En lo personal, si estamos hablando de la aniquilación de los seres humanos, cualquier cifra arriba de cero se me hace altísima, y más aún teniendo en cuenta que la opinión proviene de personas que han dedicado sus vidas a estudiar el tema, y que cuentan con el prestigio suficiente como para que sean considerados para un estudio de esta magnitud.
Creo necesario aclarar, que lejos de ser partidario de las múltiples y extendidas teorías de complots y conspiraciones, soy un pensador positivo por naturaleza, y considero que cualquier invento, innovación, descubrimiento y/o creación, de cualquier cosa que tenga un impacto transformador a nivel global, debe aprovecharse para generar grandes beneficios para la humanidad. Indudablemente siempre habrá que considerar los riesgos y aspectos negativos, pero la evolución siempre cumplirá su propósito: “evolucionar”. Así mismo entiendo y estoy de acuerdo, en que deben existir instancias que controlen y regulen su desarrollo y utilización, y minimicen los riesgos de afectaciones contraproducentes a gran escala.
Volviendo al tema de la “catástrofe”, me parece muy difícil que alguien desde su casa, utilizando ChatGPT, vaya a destruir el mundo, pero también es cierto que la historia nos ha demostrado muchas veces, que un solo individuo, con el suficiente poder, motivación y recursos, puede causar “afectaciones contraproducentes a gran escala”.
El 1ro de septiembre de 1939, Alemania invade Polonia y da inicio a la 2da Guerra Mundial, la consecuencia: 50 millones de muertos.
El 6 y 9 de agosto de 1945, EEUU suelta sobre Japón dos bombas atómicas, y con esa trágica estrategia consigue poner fin a esa misma guerra, las consecuencias: más de 200,000 muertos, prácticamente todos ellos civiles, y décadas de padecimientos para los sobrevivientes.
Tanto Hitler como Truman tenían sus respectivas motivaciones para hacer lo que hicieron, estemos o no de acuerdo con ellas, pero principalmente, podían hacerlo, y tenían el poder y los medios.
Obviamente, los mortales de a pie no vamos a extinguir la humanidad experimentando con prompts, pero la nota refuerza la sospecha de que hay algo más debajo de la superficie, que solo unos pocos conocen, y que por el momento se está haciendo un esfuerzo para tratar de contener.
Leyendo estos artículos me vinieron a la mente tres noticias recientes, que sumadas podrían dar argumento a alguna serie de Netflix de varios capítulos.
- Un empleado de Google que dijo públicamente que la IA era peligrosa, fue despedido al siguiente día.
- En tecnología, hasta estos días al menos, cualquier resultado de un algoritmo, o de un programa de software, o sentencia de código fuente, o de un circuito electrónico, se puede predecir y replicar. Los propios creadores de los modelos de IA generativa, no pueden explicar algunos resultados producidos por las plataformas que ellos mismos diseñaron.
- Elon Musk y un grupo nutrido de gurús tecnológicos, firmaron e hicieron pública una carta solicitando se pause el desarrollo de IA por 6 meses.
Mientras tanto el avance de la IA sigue su vertiginosa avalancha de nuevos productos, aplicaciones, lanzamientos de novedosas soluciones, aparición de nuevas StartUps, inundando todos los aspectos de la vida de las personas, y cambiando las estructuras de los modelos económicos y comerciales tradicionales.
Es absolutamente evidente que la competencia entre los grandes grupos tecnológicos y económicos se mide por día, o tal vez por horas, y no van a escatimar esfuerzos para seguir creciendo sus capacidades en busca de tener una posición predominante en este ámbito.
A nosotros los mortales, no nos queda más que aprovechar estas innovaciones, para mejorar nuestra calidad de vida, la de nuestros allegados, ayudar a nuestros clientes a brindar mejores servicios que alcancen y beneficien a más personas, que los estándares de
educación se nivelen hacia arriba de manera que haya mejores condiciones de desarrollo para todos, que la calidad de los servicios de salud se potencie para salvar más vidas.
Imagino a un joven japonés, aquel 6 de agosto de 1945, despidiéndose de su familia al salir de su casa en Hiroshima, para ir a abrir su almacén. Nunca se enteró que a pocas cuadras de su local, se estrelló contra el piso un dispositivo muy avanzado, que implicó una inversión cuantiosa, en la que trabajaron algunos de los científicos más importantes de ese tiempo, y que al estrellarse arrasó en segundos con todo lo que había en un diámetro de 10km.
Quizás ese 5% de expertos en IA imagina algo parecido como consecuencia del desarrollo de este apasionante nuevo fenómeno.
Yo sigo optimista en que todo esto es para mejor, entusiasmado con todo lo que estoy estudiando y aprendiendo cada día, y esperando poder aportar mi experiencia y conocimientos para construir desde lo positivo.
Siguiendo a los medios que se especializan en el tema, rápidamente uno puede detectar los diferentes grupos con intereses comunes, cada uno alzando su voz para posicionar sus temas e intereses, y no perder espacio en esta carrera vertiginosa que recién está empezando.
Estoy seguro que la gran mayoría de quienes tuvimos la oportunidad de leer esta edición, experimentamos un flash back inmediato a la noticia del 29 de marzo, a la cual hice referencia anteriormente en esta nota, cuando ese grupo de expertos y empresarios del sector de TI, más de mil, incluidos Steve Wozniak y Elon Musk, publicaron esa carta abierta proponiendo detener el desarrollo de la IA por 6 meses, argumentando sin mucho detalle, que estos avances involucran riesgos mayores que se deben considerar.
Por supuesto nada pasó con esa solicitud, esos 6 meses ya pasaron y la vorágine por la liberación y consumo de aplicaciones de IA sigue creciendo exponencialmente, incluyendo el lanzamiento en julio, presentado por el propio Musk, de su nueva empresa de IA llamada xAI, y un reciente anuncio de Amazon, en relación a una inversión de 4 billones de dólares para subirse al ruedo (entró tarde al juego, le va costar más caro).
Seis meses en tecnología es un ciclo completo de innovación, y pensando fuera de la caja, esa carta abierta puede haber sido una estrategia para ganar tiempo y poder recuperar algo de terreno frente a los disrruptores, con OpenAI a la cabeza. (Elon Musk fue uno de los fundadores de OpenAI, pero salió en 2018 por desacuerdos en la gestión de la empresa)
O… quizás tenían información privilegiada, relacionada con “afectaciones contraproducentes a gran escala”.
Cualquiera haya sido la motivación, la realidad es que la IA se ha posicionado al tope de los temas de interés científico, político y económico, y no hay señales de que se vaya a detener.
Y esto nos obliga, a los que tenemos alguna responsabilidad sobre trabajadores, o estudiantes, o colaboradores, hasta con nuestros propios hijos y familiares, a sensibilizar la trascendencia de este fenómeno. En lo que el mundo se acaba, o no, las cosas definitivamente ya cambiaron, nuevas formas de comunicación, de aprendizaje, un nuevo cambio en los modelos de negocio, en la forma de trabajar.
Hasta finales del año pasado, todas las olas de transformación tenían a la tecnología como centro del cambio
Con la IA, inclusive el propio sector tecnológico está viviendo un rediseño estructural desde sus bases. El desarrollo de software, el diseño de hardware, las comunicaciones, y todos los demás componentes que conforman la columna vertebral del sector se están reinventando.
Y mientras tanto el debate entre el bien y el mal no se va a detener, la inercia del fenómeno tampoco. La mejor estrategia personal frente a la controversia es estudiar, aprender, mantenerse informado, actualizarse, y sumar desde una visión positiva.