Escrito por @Leonardo Nhaux
Sobre el final de la primera década de este segundo milenio, el concepto “Cloud” estaba sólidamente posicionado como una de las principales tendencias. El poderoso argumento de transferir CapEx (Gasto de Capital) a OpEx (Gasto Operativo) funcionó, la promesa se cumplió, pero con enormes sorpresas.
No hace mucho tiempo atrás, la infraestructura tecnológica se presupuestaba, se compraba, se instalaba y el Área de Finanzas se olvidaba del tema hasta la próxima compra.
La “promesa” tenía algunos pilares destacados: alta disponibilidad, optimización de flujos de efectivo, velocidad de despliegue, seguridad y “reducción de costos”. El concepto se adoptó sin mayor resistencia y el consumo se disparó en los siguientes años.
En Qualtop somos un ”early adopter” de esta tecnología. En nuestro caso no solo fue visión, también influyó de manera importante una situación de fuerza mayor.
En julio del 2015, nuestras oficinas estaban en lo que fue el Centro del Software en Guadalajara (Jalisco) y en una de esas bíblicas lluvias torrenciales tapatías, una sección del techo colapsó, el agua se filtró, y de pronto una catarata de cientos de litros de agua se escurrió de manera ininterrumpida sobre nuestros servidores por más de dos horas, inundando nuestro site y ayudándonos a abrir el debate: ¿volvemos a construir nuestro site, o migramos a la Nube?
Pero como dice el dicho “No hay mal que por bien no venga”, migramos y eso nos ayudó a entender los enormes beneficios de este recurso, no solamente desde el punto de vista económico, sino como herramienta estratégica de competitividad que le da valor al negocio.
Los proveedores, clientes y el propio uso han ido madurando con el tiempo.
En el inicio solo era subir datos y respaldos, luego aplicaciones cada vez más complejas y así, la Nube se convirtió en uno de los pilares estructurales de cualquier proyecto de Transformación Digital.
Últimamente, la creciente adopción e implementación de proyectos y aplicaciones en Big Data, Machine Learning e Inteligencia Artificial, están potenciando un nuevo brinco exponencial en la utilización de plataformas y herramientas Cloud.
En un reciente comunicado de prensa, fechado al 19 de abril del presente año, Gartner pronostica un crecimiento del 20% en el consumo de Nube para este año, llegando casi a los 600 Billones de dólares y otro 20% adicional para el 2024.
En este nuevo formato de consumo a demanda, la infraestructura es un costo mensual, pero muchas veces genera sorpresas desagradables y de montos respetables.
Este traspaso de cuentas contables, de CapEx a OpEx, que a los financieros de las empresas les permite mayor fluidez en la Tesorería, mucha más flexibilidad en la ejecución de gastos y mayor control en la escalabilidad o desescalabilidad, dependiendo de los ciclos del negocio, tiene sus pros y contras.
Por un lado, los ciclos de aprobación de compra son muchos más rápidos, comparados con los procesos de adquisición de activos de alto valor económico. Pero, por otra parte, se requieren controles mucho más estrictos y justamente aquí empiezan las sorpresas, principalmente para las pequeñas y medianas empresas.
Las grandes corporaciones cuentan con los recursos y flujos necesarios para intentar hacer las cosas bien en términos de implementar proyectos estratégicos y realizar procesos de reingeniería complejos en sus negocios. Aunque no siempre tengan éxito, pueden contratar personal y servicios altamente capacitados, y con mucha experiencia, reciben foco de atención especial por parte de los grandes fabricantes de tecnología o prestadores de servicios globales, entre otras ventajas importantes que les brinda su propio tamaño.
En las PYMEs la historia es muy diferente. Necesitan actualizarse para mantenerse competitivas, pero con limitaciones importantes de recursos, tanto económicos como humanos, la creatividad se vuelve una necesidad y los riesgos una consecuencia latente e inevitable.
McKinsey realizó una interesante encuesta entre 200 CEOs e identificó 5 principales aprendizajes en proyectos de adopción de Nube:
- Esperar para ver resultados, puede salir muy caro. Migrar de On-Premise a la Nube por primera vez, es un viaje a lo desconocido para los dueños de las empresas o los CEOs, toman la decisión en base a proyecciones y justificaciones presentadas en Excel, y confían que los responsables del proyecto hagan bien su trabajo. Casi el 50% de los empresarios encuestados volvieron a revisar el estatus del proyecto de migración cuando los números brillaban a rojo fuego en sus Estados de Resultados. Tarde.
- Los Ejecutivos no se involucran en el proyecto. Migrar servidores y aplicaciones a la Nube, se percibe en la mayoría de los casos como un tema del Área de TI, y si el Director o Gerente correspondiente no tiene una visión global y financiera del negocio, el riesgo es que su medida de éxito se oriente hacia los aspectos técnicos, relegando las implicaciones económicas, hasta que estas mismas por su propio peso, terminan siendo el foco de atención de toda la compañía. Tarde.
- Se priorizan las actividades tácticas sobre las estratégicas. La encuesta reveló que el principal foco en relación con la gestión de los recursos de Nube, está puesto en la administración del contrato, la asignación de recursos y la estabilidad del servicio, descuidando considerablemente actividades de valor que pudieran potenciar los beneficios, como proveer proyecciones de consumo por área o por servicio, monitoreo preventivo de variaciones de carga de trabajo, implementar programas de gestión del cambio, o institucionalizar mejores prácticas de consumo de Nube en toda la organización. Finalmente, cuando se entiende la importancia, la Organización perdió dinero, y la posibilidad de capitalizar beneficios a tiempo. Tarde.
- Los responsables de administrar y controlar el consumo requieren de capacitación específica para la tarea. Por lo general estos roles se cubren con personal disponible del Área de TI y/o de Finanzas. En función de la relevancia que está tomando este recurso, controlar las implicaciones financieras requiere cada vez más de un nuevo nivel de especialización, inexistente hace una década atrás, pero de vital importancia en la actualidad.
- Las empresas tienen muy poco conocimiento de los aspectos económicos de cómo se cobra la utilización de la Nube. El uso de recursos en la nube como CPU, almacenamiento o transferencia de datos, genera ciertos costos, que se traducen en las denominadas Unidades de Nube y que corresponden directamente al tipo de uso de la infraestructura informática. El desconocimiento de estos conceptos por parte de las diferentes Áreas del Negocio produce decisiones desinformadas con sus correspondientes consecuencias negativas.
Con dificultades y desafíos, la inclinación es indiscutible: todo tiende a la Nube. Y con el tamaño de gasto que esto representa, cualquier ineficiencia en su utilización representa cantidades importantes de dinero.
IDC estima que el gasto de nube desperdiciado varía entre el 10% y el 30% del consumo total global. Basándonos en las proyecciones de Gartner, esto representa en dinero, entre 60 y 180 billones de dólares, literalmente regalados a los proveedores de Nube, sin ningún beneficio concreto para las empresas usuarias.
El problema tiene una dimensión suficientemente atractiva como para motivar acciones correctivas y así nace The FinOps Foundation en Febrero del 2019. (https://www.finops.org/)
FinOps es un modelo de referencia que se enfoca en el costo y la eficiencia del uso de la Nube. En esencia, es un cambio de cultura que busca institucionalizar la responsabilidad financiera en la utilización de estos recursos, en todas las áreas del Negocio.
La propia definición de “The FinOps Foundation” es la siguiente: una disciplina en evolución, de gestión financiera de la Nube, y una práctica cultural que permite a las organizaciones obtener el máximo valor comercial al ayudar a los equipos de ingeniería, finanzas, tecnología y negocios, a colaborar en las decisiones de gasto basadas en datos.
¿Cuál es el valor de implementar FinOps en una Organización?
Como cualquier modelo de mejora continua, los resultados se van haciendo más visibles en la medida que la Organización va madurando en el proceso de institucionalización de las mejores prácticas. Finalmente, el esfuerzo se transforma en los siguientes beneficios:
- Identificación oportuna de patrones de gasto.
- Identificación de áreas ineficientes en el uso de los recursos.
- Mayor transparencia en la utilización de la Nube.
- Eficiencia en el monitoreo y control de los consumos.
- Optimización del desempeño de los servicios y/o productos alojados en la Nube.
- Provisiones de gasto y proyecciones de consumo más predecibles.
- Mayor valor del Negocio en general.
A medida que las nuevas tendencias tecnológicas van cobrando consistencia y expandiendo su popularidad, el gasto en Nube va a seguir creciendo y ocupando un lugar destacado en las estructuras de costo de las empresas.
A los profesionistas responsables de administrar estos recursos, les toca entender el impacto financiero de las decisiones que toman al respecto, otorgándole un nivel de importancia similar al del éxito técnico y tecnológico.
A los proveedores e integradores de servicios, nos toca ayudar a nuestros clientes a acelerar los procesos de adopción de estas mejores prácticas. En particular, en Qualtop, nos tomamos el tema con mucha responsabilidad y hemos estado realizando importantes inversiones en capacitar a nuestros expertos, lograr altos niveles de especialización y fomentar internamente las mismas prácticas que promovemos.
A los proveedores de Nube, les toca… seguir facturando.
Para terminar, y en agradecimiento a los que tuvieron la gentileza de leer este artículo, les comparto una interesante guía de herramientas, clasificadas por Nube, para la mejor administración de este valioso recurso. Cortesía de “The FinOps Foundation”.